El estudioso de este tipo de folklore, dedica su análisis a conocer los romances, las canciones, las coplas, las bombas y las poesías bucólicas o poesía popular, entre otros. Ramírez (1986, pág.37) dice que:
Al estudiar los romances, también estudia los decires de sus cantores, que antaño entonaban sus canciones o composiciones poéticas generalmente en versos pareados. El vulgo con inspiración, desconociendo la prosopopeya del verdadero "Romance", trata de parangonear la lírica tradicional y escribe novelones para musicalizarlos luego.
Además agrega:
En el folklore nuestro, con autenticidad, aún perduran los "Cantaores" y tonadilleros que en las fiestas pueblerinas, rinden tributo galante con sus canciones y tonadas para obtener una dádiva, un pingüe servicio, o una moneda y son también los portadores de "cuentos" de aldea, para poner sobreaviso a un señor de algún enemigo, o en fin, averiguando rumores de su esposa o su querencia.
Esta manifestación poética popular encuadra también "El Chisme", muy común en el ambiente social de todos los niveles y ampara a las "celestinas" y alcahuetas que andan a la caza de la vida ajena, para unir parejas o conquistas. Y sin ser juglares, de profesión, en el vulgo hay copleros que cuando quieren desilusionar a un amigo de su amor, le dicen en una coplilla.
—No se confíe compañero
si a usté le gusta lo bueno,
no se aviole con "la Minga"
que ya está lavando ajeno.—
Por otra parte, hace la siguiente declaración:
Existiendo en el pueblo gentes que desconocen los principios musicales y la poética normativa, por efecto de una rara inspiración natural, por inventiva e intuición, pergeñan letras y ritmos de escasa formación técnica y producen pequeñas piezas literarias que musicalizan y se hacen populares o se vulgarizan. De ahí la "canción criolla" o popular de cada país. Hay canciones de cuna, de protesta y las diversas modalidades de sones y ritmos típicos.
La Canción Popular, es la manera de exteriorizar, sentimientos de amor, pena o tradición.
A continuación, se presentan ejemplos de viejas canciones de la zona india de Guanacaste.
EL INDIO ENAMORADO
Ay timindiquin dacua,
de Jesú, Marí y José,
de Jesú, Marí y José
San Bartolomaco, señor San Rafé.
Eso tu lindo boquito,
tu labito sonrosao,
tu labito sonrosao
lo parece boca lo mico
con zapote colorao.
Eso tu cinturito,
tu corpito son bonito,
tu corpito son bonito
lo parece mi calabazo
con su coyunda amarrao.
Ramírez menciona también que el coleccionista de canciones y danzas típicas, Hernán Zamora Elizondo, indica que hay un sabor criollo que permite insinuar la idea de un arte nacional en la música y la poesía de Guanacaste. Esta insinuación se da cuando se presenta la alianza entre el hispano y el indígena constituyendo una nueva modalidad espiritual. La canción “El Torito” muestra como surgen ambos elementos sin dejar grietas y mostrando íntegras las características de la personalidad de cada uno.
EL TORITO
"Echame ese toro pinto
hijo de la vaca mora
para sacarle una suerte
delante de mi señora".
(Antología de Músicos Costarricenses, José Daniel Zúñiga)
En el Valle Central, muchos de los compositores costarricenses usaron mucho las danzas que copiaron del repertorio hispano, por ello es que Guanacaste que siempre se ha designado la Cuna del Folklore, por esa característica criolla que lo identifica en sus obras.
Por tal razón es que, aun cuando estos tipos de melodías tuvieron auge y resonancia en nuestro país, no se pueden catalogar como autóctonos debido a que su ritmo fue tomado de los estilos europeos que invadieron por un tiempo nuestras comunidades sociales. Algunas de estas composiciones son presentadas a continuación.
Entre las Rondas Infantiles también encontramos:
—¿Dónde está doña Ana?—
"Doña Ana no está aquí
anda en su vergel
abriendo la rosa
y cerrando el clavel".
Entre las Canciones de Cuna nos hallamos:
Dormite mi niño
cabeza de ayote,
que si no te duermes
te come el coyote.
Otra Canción de Cuna es ésta:
Señora Santa Ana
¿por qué llora el niño?
Por una manzana
que se le ha perdido.
En el mismo aspecto, el pueblo manifiesta sus sentimientos religiosos con decires propios de una región o conglomerado social. En la fe de los labradores, cuando arrecian las lluvias y hay peligro que se malogren las cosechas, se les oye tararear con devoción esta plegaria, mientras velan al santo y le encienden candelas:
—San Isidro Labrador
quita el agua y pone el sol.—
Y si es a la inversa, cuando el verano arrecia y el sol es "caliginoso" (equivocada acepción del vulgo) y hay el temor de que se quemen o se mayen los sembrados, la gente canta con devoción, haciendo procesiones a los montes:
—Que llueva, que llueva,
la Virgen de la Cueva.—
Así sucesivamente encontramos la Canción Popular, mística, heroica, tradicional, religiosa, profana, en todas sus modalidades, hasta los ritmos más exóticos, como reflejo de la idiosincrasia de los pueblos.
Son de tomar en cuenta los Villancicos, que se cantan en los Rezos del Niño, delante de los portales y que tienen un ritmo navideño muy singular.
También están los cánticos de Los Alabados, que son como himnos y plegarias que se entonan en las procesiones y ritos religiosos acompañando a las imágenes que "van en andas".
Y para entrar en el tema que da origen a esta investigación el folklore poético hace referencia también el estudio de Las Coplas. Estas, figurativamente, hacen alusión a “la composición de "cuartetas", tipo romance o seguidillas, de redondillas pequeñas, que se cantan populacheramente. Es famosa "la Copla Española" (Ramírez, 1986, pág. 42).
Algunas características de estas obras literarias comprenden los siguientes aspectos:
a. La copla verdadera es la octosílaba.
b. Son de carácter festivo o satírico, se usan hasta para ofender.
c. Una de las variantes, es la copla que se dice de repente, improvisada, galante o a veces chusca.
En el mundo, presentan diferentes características: en América servía para galantear tal y como se utilizaba en España. En Argentina, se dialoga cantando... Alguna persona hace la intervención ¡Primera!; y el otro, por su parte contesta: ¡Segunda!.
En Costa Rica, especialmente en Guanacaste, existe una manera muy particular de exteriorizar el galanteo, una declaración de amor, una valentonada, algún resabio o desafío y, como buena herencia hispana, el pueblo en las fiestas o jaranas, dice versos improvisados.
Estas composiciones generalmente las dicen luego de un desplante o acompañando un grito retador que usualmente es la palabra ¡Bomba!, y finaliza con un grito de ¡Güipipía! La cuarteta rimada es usada en el segundo y cuarto verso y es importante destacar que, otras veces, cuando estas expresiones son de varios versos, tipo seguidilla, que se llama Retahíla.
El sabor típico y exclusivo de las Bombas tradicionales guanacastecas, contienen la misma belleza que tiene en España la copla, de donde la heredó el sabanero, desde el tiempo de la colonia. Desde esta perspectiva, se puede decir que existen diferentes tipos de bombas: de cortejo del-hombre a la mujer, de reto o desafio entre llaneros, o contestación de la mujer con zalamería o desprecio.
Ramírez (1986, pág. 43) presenta una compilación de obras las cuales son tomadas para enriquecer esta investigación y honrar el arte de la composición pura de bombas y retahílas.
Un sabanero chalán que trata de lucir su caballo "sacándole plumas" y haciendo cabriolas, al pasar cerca de una morena le grita sin contumerías:
Qué bonita esta morena
delgadita de cintura;
está buena para un enfermo
y yo estoy con calentura.
Si ella quiere cortarle el pasmo al sabanero por su decir atrevido, le contesta con la misma guapeza:
Yo no soy flor de josmeca
ni concha de mar afuera;
ni tampoco soy guitarra
pa' que me toque cualquiera.
Si es casada o comprometida y quiere hacerse respetar y declarar su enojo por la frescura del galán, le dice:
No me mire d'ese modo
con ojos de ánima en pena,
que nosotras somos fieles
y yo soy mujer ajena.
Ante la desilusión del sabanero, corrido y avergonzado por la "plantada", al no darse por vencido le grita en un desplante de despecho:
No tengo cachos de toro
ni tengo sangre de potro,
pero en asuntos de amores
me gusta la mujer de otro.
Se da el caso de que el sabanero se encuentra de manos a boca en una fiesta frente a un viejo amor; achispolado por el guaro le recuerda el pasado en una Bomba, ya qué le mortifica la indiferencia de la moza:
Esta noche vengo a verte
desde ahora te lo aviso,
si la puerta chirrea mucho,
untale jabón al piso.
Si una mujer mantiene un desprecio y desea agravar la desilusión de su viejo amor, le dice desafiante:
Yo te quise en el verano
también en el puro invierno,
sabanero presumido
ya soy soga de otro cuerno.
Otro sabanero despechado, haciendo alarde de valentía al mirar a una morena indiferente ante sus requiebros, al bailar le grita en público esta Bomba:
Desde mi tierra he venido
sabanero bien montado,
a buscar a esta morena
que me tiene atarantado.
Ella que no desea darle alas al intruso, tratando de recalcarle su indiferencia, lo ridiculiza en esta Bomba:
Decís que sos sabanero
chalán, galano y bellaco
y yo te he visto colgando
de tu caballo "silaco".
Un desilusionado de amor, falto de fe en el cariño de una morena que admira y quiere, pero que le tiene recelo y no se atreve a declarársele, le dice en la Bomba:
Es muy triste morir a oscuras
y no gozar de una morena,
o irse d'este mundo al otro
sin saber lo que's cosa buena.
Ella, que en realidad gusta del sabanero, le espeta este desafío:
Sabanero, sabanero
que con tu amor me desvelas;
hace tiempo tengo ganas
de ponerte las espuelas.
Cuando en una fiesta aparece un bravucón, alardeando de conquistador y desafiando mujeres, al ver una que le gusta, reclama su atención diciendo:
De lejos vengo, morena
y puedo volver p'atrás.
Vos sabés a qué he venido...
si querés me aquerencias.
La mujer entonces respinga su enojo ante la atrevida declaración y remata su desprecio por la audacia del galán y dice:
No piense que soy gallina
pegada a un palo e'jicote,
la miel de mi amor no s'hizo
para ningún zopilote.
De la misma forma y con el mismo carisma que se proclaman las “Bombas” el pueblo manifiesta sus sentimientos místicos religiosos, propios de una región o su conglomerado social a través de la Retahíla. Una obra reconocida es la siguiente:
Jipi japa chin pichincha
cachupín, venite
pinto que's calicanto y es chinto
y el pájaro cantante dijo:
Cierto a la revienta cincha
cuando le tocaron el pecho
que la mujer que relincha
tiene perdido el derecho.
Un planteamiento que hace Ramírez en su libro y que describe muy bien como el guanacasteco lleva en las venas el folklore, y que cualquier otro que no sea de esta llanura, no puede replicar la misma algarabía y pasión una vez que proclama una bomba o baila “El Punto Guanacasteco” es la siguiente:
Esta jocosidad y salero, son propias del sabanero chalán y decidor. Usa la Bombas apropiadas y con gracia. A la inversa, la gente del interior del país no huelga con la misma espontaneidad cuando ve bailar El Punto, baile tradicional guanacasteco, y que ahora es Baile Nacional. Cuando más, algún parroquiano alegre, achispolado por los tragos y oyendo a otros con graciosas Bombas, quiere participar en este juego de decires alegres y grita BOMBA!!. Cede la marimba o la orquesta para darle oportunidad y sólo se oye... ¡PUM!
En cambio, ante la repulsa de los asistentes, que sí saben de salero y gracia se molestan cuando un gracioso grita ¡Bomba!
Anoche pasé por tu casa
me tirastes un chayote...
ah la p... quéspinada!
Un reconocido compositor de bombas y retahílas en Guanacaste es el señor Carlos Cruz Porras, autor del libro Espíritu de la Pampa. Este personaje de origen puntarenense, amante de la escritura y quien escribía versos a lo largo de los caminos de su tierra natal Guacimal de Puntarenas. Llega en su adolescencia a Guanacaste y se inspira en cada cosa que ve a su paso, plasmándolo como versos o poemas, guardándolo en un cajón,
A continuación, se deleita al lector con una compilación de las obras de este gran compositor.
BOMBAS
Papacito.
Al pasar por una calle
una mujer pegó un grito,
yo tuve que contestarle:
aquí está tu papacito.
Zopilote.
Soy zopilote de la bajura
de copete colorado,
muchas veces he querido
pero nunca enamorado.
El calvo.
Pelos que repuntan canas
le dijo un calvo a un mechudo,
cualquiera que tenga ganas
conmigo se hace un nudo.
El sapo.
Me puse a ordeñar un sapo
para ver qué leche daba,
nunca le encontré las tetas
pero la leche le sobraba.
El barro de olla.
El amor de la mujer
es como el barro de olla,
con unas manos expertas
se puede producir una joya.
El pretendiente.
Cuando oigas que en la bajura
ha llegado un hombre valiente,
ponte viva mamacita
que aquí está tu pretendiente
Lo dicho.
De la albarda y la vaqueta
se hablan muchas maravillas,
pues besan las pantorrillas
cuando una mujer se enjorqueta.
RETAHÍLAS
La marimba.
Dicen que la marimba
es de origen guatemalteca,
pero aquí en Guanacaste
le pulimos mejor la tecla.
Hecha de madera fina
trabajada por un experto,
la tradición no termina
mientras viva un guanacasteco.
En Guanacaste tenemos
marimberos de verdad,
que fabrican una marimba
y también le hacen hablar.
Símbolos guanacastecos.
El grito y el caballo
son símbolos de alegría,
que aquí en la tierra mía
se usa con gran frecuencia,
es lo que se oye primero,
por eso referirme quiero
a esta vieja tradición.
Que como albarda y el amarrador
o el cacho carbolinero,
que el guanacasteco lleva primero
y no los puede dejar,
pues con ellos aprende a andar
y los usa desde pequeño
y para todos es un sueño
desde que ve lo primero,
ser alegre y divertido
y unos buenos sabaneros.
Seguidamente se hace una recopilación del libro: “Fragmentos Sobre Folklore Y Cosas Del Terruño”, del autor Medardo Cuido Acevedo donde se toma parte importante de su ensayo en relación a las bombas y retahílas (como comúnmente se le dice en Guanacaste).
Se hace un acopio de este material, con el fin de divulgarlo y para que se estudien las formas literarias que el sabanero emplea cuando improvisa estas coplas rimadas que son producto de su propia inspiración o de la mujer que también sabe contestarlas con el sabor original, la gracia y el encanto muy propias y que caracteriza su herencia cultural; pues la mujer también tiene alma de poetiza.
Las bombas en su mayoría son cuartetos y podemos clasificarlas en:
a. Jocosas
b. Amorosas o románticas
c. Picarescas
d. Atrevidas
e. Desafiantes
f. Despreciativas
Repetimos lo que dice Don Constantino Lascaris, en referencia a las bombas y retahílas: “la bomba es popular, no se anda con remilgos; habla el lenguaje directo y ahí reside su gracia. Es hombría sin cortesías, y al oírla la moza se encandila”.
A continuación se agregan algunas bombas escritas por el autor descrito anteriormente:
Sabanero, sabanero
que con tu amor me desvelas
hace tiempos que yo pienso
el ponerte las espuelas.
El zapato lo tengo roto;
¿Con qué lo remendaré?
Con picos de malas lenguas
Que propagan lo que no es.
Todas las noches me paso
como los toros rugiendo,
y hasta me pongo a rascar
pa’ ver si así te comprendo.
En el tiempo que te quise
vos me quisiste primero;
ahora si me buscas
soy brasa de otro brasero.
Morena de ojos quemantes
que al mirarme me adulas,
decime pero cuanto antes
por qué diablos reculas.
Yo no soy flor de josmeca
ni concha de mar afuera
ni guitarra soy tampoco
pa’ que me toque cualquiera.
Ey mamita…lirio del valle…
tuya es la casa y mía es la calle.
Ey culebra verde…
brocal del pozo;
malhaya del hombre
que es mentiroso.
Quisiera ser perla fina
de tus pulidos aretes,
para darme una vueltita
y morderte los cachetes.
Yo soy grande entre los grandes
y nada tengo de mañas;
yo soy grande entre los grandes,
porque soy del duro Cañas.
Cuando yo oigo la marimba
y me dan ganas de bailar,
hago las del “ruco” viejo
que rasca sin relinchar.
Te quise en el puro invierno
y también te quise en el verano;
sabanero Liberiano,
yo soy soga en otro cuerno.
El bejuco cuando nace
nace hojita por hojita;
así comienza el amor
palabra por palabrita.
Otros cantan la cachucha
Yo canto el quiriquiqui
Voy a mi…voy a mí…
Y yo les pago a todos,
Que no hay gallo para mí.
Ey víboras, viboranas,
chiquitas pero galanas!
nadie me quita las ganas
mucho menos la ponzoña;
soy como la hierbabuena
que en todo tiempo retoña.
Lo mismo es CHANA que JUANA…
el pecho o la “rabadía”…
el pizote que la “ardía”…
el garrobo que la higuana…
cojan raza, cojan raza,
cojan raza porque me voy.
Aquí vengo porque vengo,
y pa’ que me vean vengo,
y si no encuentro una muchacha,
con una vieja me entretengo.
Como tengo mis riendazos
ya no me pican las niguas…
Yo soy del puro Liberia;
soy hombre por “toa orilla”
y con machos me junto,
y cuando a brincar empiezan
las tablas “diuna” marimba,
me paro sobre los caites
y grito: toquen el punto.
Esta es una serie de retahílas o “bombas”, que se escuchan en Guanacaste especialmente en las fiestas populares, corridas de toros, carreras de caballos, en las labores campestres en las “fierras” o vaqueadas, en los bailes o “parrandas” y en otras actividades regionales.
Son inspiraciones, especialmente de los sabaneros. Es muy curioso observar, que en la mayoría son octosílabos los versos de estas retahílas que recitan con toda naturalidad nuestros llaneros.
Para continuar con el trabajo de investigación, tomado del libro “recordar es vivir”-“La Yunta Guanacasteca” del autor Inocente Gutiérrez Gutiérrez:
Quien ama la poesía,
Ama la Naturaleza;
Quien ama la Naturaleza
Permanece cerca de Dios.
Con la frase descrita anteriormente le autor de este libro hace referencia a actividades propias de la región de Guanacaste, como lo que son canciones, poemas y bombas. Seguidamente se detallan algunos de sus escritos:
Coplas entre un hombre y una mujer:
El hombre
Levántate palomita
Ya vienen los rayos del sol
No pueda ser que en el sueño
Me cambies por otro amor.
La mujer
Hay palomo de mi vida
Te quiero desengañar
Anda y te buscas a otro querer
Porque con otro me voy a casar.
El hombre
Nada importa amor mío
Aunque sea después de muerta
Llegaras a mí poder.
La mujer
Acordate que el agua
Que se derrama
Jamás se puede recoger.
El hombre
Acordate de aquel refrán
Que dice así
Que tizón que ha sido fuego
Con nada se vuelve a prender.
Las esperanzas no se pierden
Esto me da un gran consuelo
Si acaso muero queriéndote
Te esperare en el cielo.
La mujer
Tú sabes que la vida es una
Pero uno de los dos morirá
Si no te quise aquí
Mucho menos te querré allá.
El hombre
Hay un refrán que dice
Y son palabras bien claras
Que no hay que escupir al cielo
Porque le cae en la cara.
La mujer
¡Ojala no sea así necio!
Que se te cumplan tus deseos
Porque amarte yo a ti
Esto muy lejos lo veo.
Lo anterior fue un ejemplo de coplas entre un hombre y una mujer, acción que es muy popular en la provincia de Guanacaste, especialmente en eventos culturales o bien, tiempos festivos como lo son las fiestas populares que cada distrito organiza en un determinado tiempo del año.
Seguidamente se mencionaran algunas bombas que el autor Inocente Gutiérrez Gutiérrez detalla en su libro:
Bombas
Soy puro Guanacasteco
Y tengo alegre el corazón
Esta bomba se la dedico
A la hija de mi patrón.
Acércate, negrita linda.
Para que nos echemos el bombazo
Para ver si acaso esta noche
Me dejas dormir en tus brazos.
Viajando rumbo a la costa.
Muy cerca de Nochebuena.
Me encontré a la orilla de la playa
A una hermosa morena.
Allá en el fondo del mar.
Me encontré una hermosa sirena
Con los ojos tan hermosos
Como los de esta morena.
Bien sabes que yo te quiero
Y no te puedo olvidar
Mi cariño para ti ha sido tan grande
Como la arena del mar.
Adiós, palomita blanca.
Lucero del amanecer
Yo daría toda mi vida
Por ponerte en mi poder.
Sos la más bella del mundo
Y no tenes comparación
Mi cariño te daría
Y enterito el corazón.
Hay mujeres que nacen lindas
Y otras pobres que nacen feas
Pero la gracia que estas tienen
Las bonitas las desean.
Ni me importa ver el amor en otro
Porque también en mí se pudo ver
Y para mayor placer
Me gusta la mujer de otro.
Las campanas dicen dan
Las mujeres dicen den
Me gustan más las campanas
Porque dan sin que les dan.
De las costillas del perro
Hizo Dios a la mujer
Por eso cuando están bravas
Se abalanzan a morder.
Desde que te vi venir
Le dije a mi corazón
Qué bonita piedrecita
Para darme un tropezón.
La mujer para a mi gustarme
Debe ser alta y delgada
Con siete varas de pescuezo
Y otro tanto de quijada.
Nunca digas que sos querido
Y aunque te estén adorando
Porque con el pie en el estribo
Muchos se han quedado colgando.
Porque mujer chiquita
Y yegua vaya
Abrirle la tranquera
Y que se vaya…
La mujer que a mí me odiaba
Un leñazo me tiro
Y sin pensar que algún día
Ibas a estar juntos los dos.
Si de esta vida hubiera otra vida
Algo que pueda mi corazón amar
En mis brazos mujer te llevaría
A la tumba de las tumbas del más allá.
Las muchachas de este tiempo
No saben ni lavar
Póngale discos en la calle
Y vera que eso si saben bailar.
Las muchachas de este tiempo
No saben ni lavar un plato
Pero si saben decir
Amorcito hágame el rato.
Ya doblan las campanas
Me dan ganas de llorar
Al saber que la que amaba
Hoy la llevan a enterrar.
Esta marimba de mi pueblo
No tiene boca y quiere hablar
Solo los ojos le faltan
Para ayudarme a llorar.
Ya con esta me despido
Y le pido a mi Jesús
Que nos mantenga con vida
Para que nos veamos en mi bella Santa Cruz.
Para continuar se detallan algunas bombas que son creaciones propias del autor Inocente Gutiérrez.
Una y dos son tres
Tres más tres son seis
La mujer que quiere a dos
Los manejo como a un buey.
Dos palomas van volando,
No se sabe a dónde van,
Pero el destino que llevan
Es llegar a Tilarán.
A las cinco de la mañana
Canta un Aclaraban,
A levantarse jovencita
Para ir a traer el pan.
Muchas vienen,
Jóvenes va,
Adornan las calles de Tilarán.
Las mujeres nunca dicen
Cuando están enamoradas
Se desvelan por las noches
Y amanecen ultrajadas.
Hay mujeres que no quieren
A su pobre marido
Porque después de la puerta
Tienen otro escondido.
Todas las mujeres tienen
En su pecho una divisa
Más para abajito tienen
El estadio de Saprissa.
Para concluir, las anteriores fueron algunas bombas creadas por el escritor del libro Inocencio Gutiérrez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario