Después de haber analizado el proceso de recolección de datos e investigar
y observar durante más de tres meses el cómo
las personas proclamadoras de bombas y retahílas se desarrollan en el área del
folklor, se concluye que esta habilidad no se aprende, no se memoriza; se nace
con ella. Además, es una actividad que no se limita a niños, jóvenes o adultos;
es inclusiva desde cualquier punto de vista y refleja la esencia del ser
guanacasteco en todo su esplendor.
Para las recopiladoras representó una gran experiencia en la cual se
demostró que el rescate de la cultura es una labor que todas las personas
deberían adoptar, no solo por obligación sino por el compromiso con la
provincia que le dio su ser.
Por otra parte, es recomendable que desde el enfoque educativo sean
promovidas las estrategias necesarias para identificar a aquellos estudiantes
que posean la habilidad de crear las bombas y retahílas. En varias ocasiones,
los entrevistados remarcaron que los docentes deben promover este tipo de
prácticas con el fin de impulsar a aquellos que tengan la facilidad de
crearlas, y no solo repetir lo que escuchan en un disco compacto o leen en un
libro.
Bajo esa premisa es que se debe adquirir el compromiso cultural de formar
nuevos proclamadores, de innovar y rescatar una costumbre que a ninguna otra
provincia caracteriza en Costa Rica.
Para finalizar, se invita a las personas interesadas en el tema a investigar
al respecto, a crear sus propias obras y además, a inmortalizar esta bendita
costumbre que identifica al guanacasteco de alma, mente y corazón.
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